En el corazón de centroamérica se encuentra una de las ciudades coloniales más bellas de las que he podido disfrutar hasta el momento. Es patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1965. Sus calles, su historia y su gente bien merecen una visita prolongada. El país al que pertenece es rico en cultura y naturaleza, lo que para mí es la perfección.
La ciudad está formada por un conjunto de calles perfectamente alineadas y custodiadas por casas bajas coloniales que poseen un resplandor de antaño. Utilizan cuadras para orientarse. Aquí el tiempo se detiene.
La ciudad está coronada por un arco (el arco del antiguo convento) que nos servía de referencia para ubicarnos. La mayoría de las calles tenían la misma longitud y anchura. A veces nos perdíamos, pero siempre era un placer, ya que cada rincón nos fascinaba.
La Plaza mayor es la más concurrida de la ciudad. Nos gustaba mucho sentarnos en uno de sus bancos y observar la vida desde allí. Niños correteando, vendedores ambulantes, charlas pausadas entre los lugareños... Aún recuerdo la sensación. Me teletransportaría si pudiera...
Lo que más añoro de este país es el color. Explosiones de combinaciones infinitas.
En la iglesia del Carmen, que está en ruinas, se suele ubicar un mercadillo. Fué la primera vez que tuve contacto con los colores de este país en todo su apogeo.
Esta ciudad tiene un gran patrimonio cultural. Muchas iglesias y conventos forman parte de su historia, algunas restauradas y otras en ruinas debido a dos grandes terremotos que han asolado esta parte del mundo. A resaltar la Iglesia de Santo Domingo
En este lugar, debido a las fechas que en las que nos encontrábamos (unos días antes de Semana Santa), se ubicaba un manto en el suelo elaborado de pétalos de flores. La Semana Santa es su celebración más festejada
Estar tan lejos de tu casa y ver que en la otra parte del mundo también hay pasos de procesión parecidos a los de España me dejó muy sorprendida. Nos dejaron visitar el sitio donde los tenían guardados.
Recorrimos varios talleres de artesanía donde el jade es la piedra que más se trabaja y las hay de diferentes colores: lila, amarillo, rosa, blanco y negro. El más común el verde.
Esta ciudad está rodeada por tres volcanes: Agua, Fuego y Acatenango. El paisaje lo engrandece más si cabe.
Nosotros quisimos visitar uno de ellos. Elegimos el volcán Pacaya que está a unos 25 km de la ciudad y está activo.
El día que teníamos organizada la visita me levanté con fiebre, estaba enferma y no podía permitir que mi compañero se perdiera esta experiencia. Así que me fuí hasta las faldas del volcán con él, tenía intención de quedarme con los lugareños (si me quedaba en el hotel él no iría). Cuando llegamos al volcán nos dimos cuenta que se podían alquilar unos caballos por menos de diez euros para afrontar la subida. No me lo pensé, al caballo que me fui directa. Había que llegar a la cima.
Aún recuerdo unas flores muy extrañas por el camino. La tierra iba poco a poco cambiando de color. De marrón a calcinada.
Nos acompañó un señor de ochenta y siete años que aparentaba setenta como mucho. ¡Qué vitalidad y energía! Se alimentaba de lo que la montaña le ofrecía y subía a la cima varias veces al día. Nos impactó.
Ya en la cima tenía que sentir como la tierra ardía. Me bajé del caballo y caminé entre la lava ,que parecía apagada aunque aún bastante caliente.
El señor llevaba un trozo de pollo fresco sin hacer. Sujetándolo con un palo lo apoyó en la lava. En menos de un minuto salió un pinchito de pollo a la plancha. Sólo por apoyarlo un poco.
Al poco tiempo noté que mis pies estaban un poco calientes. Levanté la suela y vi que la goma estaba derretida. ¡Venga ya, sólo llevaba allí cinco minutos!
Me volví descalza, aunque tampoco me importaba. La experiencia había valido la pena.
De regreso a Antigua disfrutamos de su instrumento nacional: La marimba.
También saboreamos sus Tamales ( que es una masa de maiz rellena de pasas, pollo, chile, verduras y salsa).Exquisito.
Y sus Chuchitos que son parecidos pero también incorporan queso. Típico de Guatemala.
Dejamos Antigua y seguimos inspeccionando el país. Queríamos adentrarnos más en su cultura Maya. Pero esto os lo cuento más adelante. Espero que os haya gustado y os apetezca saber más de este fantástico lugar.
Cuanto menos curioso. Prometo enseñarles a mis tres capillitas las fotos de los pasos y las imágenes de alli. Fantásticos los colores del mercadillo.
ResponderEliminarCuanto menos curioso. Prometo enseñarles a mis tres capillitas las fotos de los pasos y las imágenes de alli. Fantásticos los colores del mercadillo.
ResponderEliminarSi!!! La influencia española que se percibe por todo el país!!! Los colores impresionantes!!!! Muchas gracias por comentar
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