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viernes, 22 de abril de 2016

MATERA Y SUS CASAS-CUEVAS. SUR DE ITALIA

Matera es una de las dos provincias de Basilicata, situada al sur de Italia y declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1993.



Su fama se debe a los famosísimos Sassi, que son unas casas colocadas unas encimas de otras a modo de tetris, y que se comunican por medio de callecitas serpenteantes y onduladas, llenas de escaleras.




El interior de las viviendas está excavado en la roca, por lo que parecen cuevas que, aunque bien aclimatadas, fueron las responsables de contraer enfermedades en el siglo pasado por la precariedad de las condiciones en las que vivían sus ocupantes. Bastantes epidemias tuvieron que erradicarse en la ciudad (según nos contaron).



Puedes visitar una casa-cueva museo que se encuentra en la ciudad y usar la imaginación para poder hacerte una idea de cuál era el estilo de vida de los habitantes de la ciudad.


 Todos los miembros de una familia con sus animales vivían en una sóla habitación. La mayoría eran campesinos, por lo que sus herramientas de labranza eran sus pertenencias más prestigiosas.





También puedes visitar sus espacios más amplios y  comunitarios dedicados al culto, todos excavados en las montañas.


 Pinturas al fresco decoran los altares de sus iglesias, que se comunican por medio de pasadizos estrechos, rampas y escaleras bien avenidas. 



La verdad es que es sorprendente este lugar, aunque en verano hace bastante calor, pero las noches se disfrutan muchísimo.


De hecho, teníamos pensado estar sólo un día y permanecimos dos. Los lugareños son muy hospitalarios y el entorno en el que está situada esta ciudad es mágico, o lo eran las noches de verano y la compañía o una combinación de las dos cosas.


Es muy recomendable dedicar un espacio de vuestro viaje, si os encontráis por la zona, a este carismático lugar.


Tengo un buen recuerdo de las historias que nos contaron y de esas noches de verano contemplando el horizonte. Todo un descubrimiento, de nuevo, en este bello país.











lunes, 4 de abril de 2016

SEVILLA EN PRIMAVERA: LA CIUDAD PERFUMADA

Escribir acerca de la ciudad en la que nací no es tarea fácil, ya que en mi cabeza se mezclan sensaciones y vivencias personales con lo que puedes esperar si visitas Sevilla. Aún así, voy a intentarlo. Si introduzco algún sentimiento que otro espero no me lo toméis en cuenta. Me gusta tanto mi ciudad...












La mejor época para conocerla es en primavera. 
¡Cómo huele Sevilla!
 Miles de naranjos decoran las calles del centro de la ciudad, el azahar invade mucho de los rincones más emblemáticos. Pasea y déjate seducir por el aroma, es embriagante.




El clima suele ser bastante agradable, sobre todo si el sol impone su presencia y las lluvias se esconden. 

 Son numerosos los rincones que puedes visitar en esta mágica ciudad, además en primavera es la mejor ocasión para verlos en su máximo esplendor.
Recréate en la Plaza de España y el parque de María Luisa


Pasea por sus jardines y piérdete un poco, déjate llevar. Contemplarás estampas que se asemejan a cuadros dibujados.






 Puedes alquilar un segway donde, además de disfrutar , te explicarán  historias y leyendas de la ciudad.



Más tarde dirígete a su monumento más famoso. La Giralda.


 Si coinciden tus vacaciones con alguna de sus dos semanas más importantes (Semana Santa o  feria), no puedes perdértelas.
La Semana Santa, seas creyente o no, es digna de ver. Es arte en la calle. Si le sumas el olor de los naranjos y el aroma del incienso, la música, la devoción, la gastronomía..,conseguirás un cóctel de emociones que se grabarán en tu memoria. Te dejarán un buen recuerdo, casi garantizado.





Si por el contrario te coincide con la feria, prepárate para ver color y más color, risas, bailes, coches de caballos... (por supuesto súmale el aroma). 


Consigue un traje de flamenca, es lo más apropiado para participar en la fiesta. Después de probar el rebujito (bebida típica de la feria) te arrancarás a bailar sin ningún problema.


Visita el barrio de Santa Cruz 


Y sus calles estrechas


Cruza el río y vete a Triana



Recorre el Alcázar, siéntate a tomar el sol en cualquier bar mientras degustas una tapa de jamón con su cerveza, calle Sierpes, Plaza Nueva...


Pero sobre todo, habla con su gente. Salvo excepciones, los sevillanos son muy abiertos y simpáticos, no los juzgues sin conocerlos. Esta semana he fingido ser una turista en mi ciudad y me ha sorprendido la generosidad de muchas personas que me he ido encontrando por el camino. DISFRUTA Y DÉJATE LLEVAR.