Dejamos Vietnam y nos dirigimos al sur de Camboya, necesita visado, pero se hace todo directamente en el aeropuerto del país, hay que pagar 30 dólares americanos.
Aterrizamos en Sihanoukville con la intención de ver las playas y descansar un poco, algo de vida contemplativa durante dos días.
Bueno, como este viaje casi no lo realizamos por acontecimientos familiares importantes, los sitios donde alojarnos o qué descubrir en cada destino estaban muy poco trabajados, de hecho escogí el hospedaje un día antes de nuestra partida, casi a la aventura y sin hacer el trabajo de investigación típico en mí.
La víspera de nuestro vuelo estaba desesperada, haciendo maleta y mirando dónde dormir. Todo me parecía muy caro teniendo en cuenta que estos países son muy económicos.
Claro, lo que pensé en ese instante era que los viajeros ya habrían seleccionado lo más aceptable.
Dentro de lo que quedaba escogí lo más barato, 60 euros la noche para dos con desayuno, carísimo. Ofrecían un bungalow en primera línea de playa. Bueno venga, dos días tirando la casa por la ventana (aquí se encuentra alojamiento por 10 o 15 euros decente).
Contraté con el hotel la recogida desde el aeropuerto al establecimiento. Aquí empezó todo.
Un coche nos dejó en un embarcadero...
Había que coger un bote... Yo flipando, no leí muy bien dónde estaba el hotel. El hotel se llama: " Koh Thmei Resort" De verdad, olvidaros de visitas e iros para allá.
En el embarcadero ya lo que veíamos nos encantaba...
Y nos montamos en el bote... ¿Cuánto tiempo? ¿Dónde vamos?
Ni idea en ese momento..
Ya estaremos llegando... Pensaba cada 5 minutos... Pues no, atardeció y anocheció.
Una hora y algo más para llegar a la isla de Koh Thmei, ¿ Pero qué has reservado? Me preguntaba mi Álvaro extrañado...
Cuando llegamos apenas quedaba luz y se veía bastante poco, cenamos escuchando las olas del mar y no nos dimos mucha cuenta de cómo era el lugar...
Amaneció y....
Silencio, nada de móviles, sólo para hacer fotos, desconectados, sin apenas nadie con nosotros, los anfitriones del lugar y algún compañero de viaje en calma.
Esta isla está situada en el golfo de Tailandia al suroeste de la punta de Sihanoukville, dentro del área protegida del Parque Nacional Ream. Por decirlo de otra manera, tuvimos la sensación de estar en una isla desierta, abandonados, sin localización ni comunicación, exceptuando a los propietarios muy amables en todo momento.
¿Qué hacer aquí?
Nada, descansar y estar con tus pensamientos... Una increíble gozada. Nada de estímulos del exterior....
Pasear por la arena, tumbarte en la hamaca, bañarte, estar en contacto con la naturaleza... Lo que se suele hacer un día de playa pero con la adicción de sentir que nadie puede molestarte, estás aislado, sin escapatoria, ahora sí que sí, estás contigo mismo...
El bungalow está hecho entero de madera, con un baño casi insertado en la jungla, porque sí, estás en ella, no lo olvides, con todo lo que conlleva.
Nos encontramos un par de serpientes pequeñas en la arena, la dueña del establecimiento nos dijo que eran crías de Boa, menos mal no las pisamos sin querer, no nos hubiera gustado enfrentarnos a su madre... Flora y fauna autóctona nos rodeaba... Un sitio virgen, apenas habitado..
Hicimos la colada, nos bañamos en el mar, hablamos cara a cara sin una pantalla por medio, prestamos atención plena a lo que nos contaban, una vida sin móvil por un día, un mágico e irrepetible día.
Contemplamos el atardecer... No había mucho más que hacer, por lo tanto se nos ha quedado grabado...
Allí almuerzas y cenas, y a mí me pareció la comida más rica del mundo en ese paraje de ensueño...
Después de la experiencia, no sé en realidad cómo son las playas más famosas de Camboya, ni siento que me haya perdido nada, lo que nos dio ese día de aislamiento en esa isla perdida del mundo no creo pueda estar comparado con nada. No vas a tener lujos materiales , lo esencial para disfrutarlo, no es un Resort típico con piscina y jacuzzi y actividades programadas, el agua es dura, hay mosquitos, viento al anochecer, no puedes alejarte demasiado, estás perdido en un rincón de no se sabe dónde.
Pero lo que sí vas a tener es la conexión contigo mismo y con los que te rodean, vas a disfrutar el goce de quitarte el estrés y la dependencia a estar siempre dispuesto y localizado. Y vas a sentir que así era antes y quizás, sólo quizás, pudiera ser mejor...
El bote nos recogió al amanecer, de vuelta a la conexión... Muy contentos de que el azar nos dejara en éste, para nosotros, paraíso. Había que contarlo... Desconectaros un poco, en silencio, la vuelta a la realidad será muy enriquecedora...
Precioso, dan ganas de ir
ResponderEliminarSi, teletransportarse al menos un día al mes😃😃. Un besazo❤️
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