Estando con unas amigas hospedadas en Donosti quisimos darnos el salto y visitar este idílico lugar. Está tan sólo a unos 35 kilómetros en coche.
No conocíamos mucho de este sitio, la verdad, tan sólo las imágenes que se ven en la película. Normalmente investigo sobre los lugares que voy a visitar, pero esta vez, como iba muy bien acompañada con personas que conocían el entorno, me dejé llevar.
Lo que en principio iba a ser sólo un paseo para ver la famosa ermita se convirtió en una excursión para recordar.
Localizamos rápidamente la pequeña y tranquila ermita.
Tal como me la había imaginado. Un sitio tranquilo y apartado que me evocaba recuerdos de mi niñez, sobre todo acompañando a mi abuela cuando las campanas del lugar llamaban a voces a sus vecinos. Aunque soy del Sur, la sensación me transportó a esos momentos, independientemente de estar en otro lugar.
Le dimos la vuelta al santuario y aquí empezó la excursión.
Es uno de estos lugares donde al llegar al final del camino sientes la sensación de estar contemplando el fin del mundo.
Es una zona denominada "los acantilados de Itzulun" donde por un lado se divisa la playa del mismo nombre y por el otro la Rasa Mareal entre Deba y Zumaia.
Si te encuentras por la zona es imperdonable perderte el sendero que conduce al filo del acantilado. El camino es estrecho pero no peligroso, sólo hay que tener cuidado por donde pisas.
Las vistas desde allí no tienen desperdicio, mires en la dirección que mires. Naturaleza, fuerza y vitalidad. Te sientes pequeño y a la vez contento por poder estar allí y presenciar la belleza que te rodea.
El sendero se va estrechando conforme vas llegando al final del camino. Además la roca que pisas está como laminada. Me quité los zapatos para continuar, iba más cómoda.
Por fin llegamos todos al final, al filo, al borde... No sé muy bien cómo nombrarlo pero sí cómo te sientes al contemplar ese inmenso abismo ante ti.
Fué un momento muy entrañable que vivimos los cinco. No dejo de pensar la cantidad de lugares increíbles que hay en España, espero descubrir muchos más. Gracias a mi familia y amigos por mostrármelo.