Munigua, situado a las afueras del municipio de Villanueva de Rio y Minas, provincia de Sevilla, a unos 8 kilómetros, es un yacimiento de la época romana. Mulva, como la conocen los habitantes de la zona, está separada de la ciudad, escondida en medio, casi, de la nada.
Antiguamente tan sólo era visible un templo en lo alto de la colina.
-" las ruinas esas del castillo"- me dijo un lugareño.., pero ocultaba algo más, mucho más, toda una ciudad. Es un misterio, bastante desconocido para muchos, pero que si os apetece podréis acercaros a visitar y echar una buena mañana entre olivos, pinos e historia.
Para llegar al sendero tenéis que aparcar el coche en las inmediaciones del campo de fútbol municipal de Villanueva y atreveros a daros una buena caminata de ida y otra de vuelta. Allí veréis esta señal.
Tirad hacia la izquierda y empezad la aventura.
Esta es la opción que nosotros elegimos, andar y andar, pero también podéis acceder con el coche un gran tramo, esta segunda opción era la que más eligieron los demás, y es normal, son en total casi 20 kilómetros si incluimos desviarnos un poco del sendero para ver algo más.
Pero merece la pena el paseo, la cerveza después siente muy muy bien.
Una cosa más, debéis reservar la entrada a las ruinas, son gratuitas, pero tienen un aforo limitado, tan solo escribid un correo a esta dirección, diciendo el día, hora y número de personas.
Correo electrónico: munigua.aaiicc@juntadeandalucia.es .
Nada más empezar a andar nos encontramos con un embalse.
Y vías del tren que hay que atravesar. Muy tentador hacerme la foto allí, pero no penséis que estamos locos, mucha gente vigilaba.
Si lo hacéis tomad precauciones.
Sigamos caminando, no hay muchos sitios de sombra, por lo que os recomiendo que no vayáis en épocas de altas temperaturas.
A veces los olivos y los pinos si muestran algo de tregua al sol.
Son 6 kilómetros hasta llegar a una verja, pero aún quedan otros 2 kilómetros más.
Por fin divisamos una especie de castillo en lo alto, hagamos una parada, bebamos algo y juguemos un rato.
Creíamos nos íbamos a encontrar muy poca cosa, por lo poco conocido del lugar, pero nos sorprendió, nos encantó, más de lo que esperábamos.
No había mucha gente, el enclave es bastante amplio y no tuvimos ningún problema de espacio, casi siempre solos.
Todo un descubrimiento para pasar el día en la naturaleza, rodeados de historia y en muy buena compañía. Os lo recomiendo.
Excelente lugar.
ResponderEliminar