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domingo, 18 de agosto de 2019

BUCAVINA Y MARAMURES. RUMANÍA

Describo aquí la segunda parte de mi viaje por Rumanía, que al contrario de lo que normalmente se hace yo decidí explorar otras regiones menos visitadas.
Partimos desde Transilvania en coche hacia la ruta de los monasterios de Bucavina, famosos por sus frescos Bizantinos tan bien conservados, Patrimonio de la Humanidad por la  Unesco.
Aunque hay bastantes en la ruta, yo seleccioné los más famosos y mejor conservados. Para este cometido me dejé asesorar por un guía local que nos encontramos por el camino. 
El primero que visitamos fue el Monasterio de Voronet.
Sigo preguntándome a día de hoy cómo estas maravillas medievales están tan ausentes de turismo.



Si, así es como lo vimos, ausente de vidas curiosas, lleno de esplendor y con tanto que contar que casi no podíamos imaginar que fuéramos los únicos testigos silenciosos.






Para entrar hay que abonar un precio simbólico, y a veces, si llegas casi a punto de cerrar ni eso. Lo más destacado la escena del  "Juicio Final " en su fachada.


Por dentro tampoco se queda atrás, no dejaban fotografiar pero tampoco estaban muy pendientes así que os enseño uno de ellos....


Y es que no nos queríamos marchar de allí, pero teníamos que continuar nuestra ruta. Por cierto, este Monasterio es famoso por la utilización del azul en sus pinturas, de hecho se denomina a este color : Azul Voronet.
El siguiente que visitamos fue el Monasterio de Humor. Aquí nos dejaron entrar gratis. Solos de nuevo...




 En este Monasterio resalta el color rojo.


Desde lo alto de la torre puedes sacar fotos preciosas.


¿Veis la diferencia de color de una parte a otra? Una muy bien conservada y la otra bastante deteriorada.
 El siguiente Monasterio es el de Moldovita.




El último que os recominedo es el Monasterio  de Sucevita.  Podéis pasar la noche en Gura Humoruloi, bueno, al menos es lo que yo elegí: la Pensión Casa Humor, es la que más cara nos costó, partiendo de que este país es muy barato en comparación con otros, por 60 por pareja te puedes pegar un spa con desayuno incluído.

Pongamos ahora ruta hacia Moisei en busca de la siguiente región que explorar: Maramures. 
En Moisei me hospedé en una casa de madera. Leí en varias guías y blogs que era bastante interesante hacerlo, no hay tantas, así que cogedlo con tiempo. Yo elegí Vadul Lupilor,  disponen además de una habitación encima de un árbol y la dueña es muy amable y servicial.






Para llegar hasta aquí tuvimos que atravesar un puerto de montaña, que casi en mayo aún estaba nevado. Disfrutamos como niños



Las carreteras son regulares por decir algo, así que no os confiéis demasiado si vais en coche, las distancias no son muy largas pero se tarda bastante de un lugar a otro...
Aunque claro siempre puedes parar y hacer el ganso por el camino...



Ya en la zona de Maramures, al Norte del país haciendo frontera con Ucrania nos dirigimos a visitar sus famosas iglesias de madera, ocho de ellas son Patrimonio de la Humanidad, fueron construidas entre el S. XVII y XVIII.

Empezamos por Leud, según los lugareños la más antigua de todas y la más auténtica. 


Con su cementerio a pie de montaña, su vacío y soledad; un lugar misterioso envuelto en un halo de espiritualidad que casi te deja sin palabras.

Estuvimos un buen rato, solos de nuevo, en silencio, lo recordamos a menudo aún...

Después dirigimos nuestros pasos hacia Barsana, la iglesia de madera más alta de todas, aquí sí nos encontramos turistas, prácticamente en la única, pero claro el paisaje era espectacular.



Esta región tan fascinante y la relación que tiene con la madera te transporta a otra época.





Vayámonos ahora a Botiza, dice ser uno de los pueblos más pintorescos de la región, a mí no me pareció más extraordinario que los demás, pero había que comprobarlo.

Os recomiendo que también visitéis Sudesti y Budesti.

Nuestra ruta siguió su curso y fuimos a parar a Sapanta, a visitar el llamado "cementerio alegre", donde a un lugareño llamado Stan Loan Patras se le ocurrió la idea de hacerle a cada persona fallecida un recordatorio de madera que lo definiera y que resaltara lo mejor de su vida, con poemas y viñetas.  Mirar este tránsito a la otra vida con alegría. Este fue el resultado:





Por el camino veréis carros y carretas, paisajes rurales y gente sonriente que te saludan con sonrisa afable.





Dormimos en el centro de Bahia Mare, la capital de Muramures, nos encantó la ciudad.




El último día pusimos rumbo hacia Cluj- Napoca, desde donde salía nuestro avión, antes visitamos sus minas de sal convertidas en una especie de parque temático extraño, bajo tierra... Nos dejó perplejos.





Y por supuesto la ciudad... y el bosque cercano.









La verdad es que fue un viaje extraordinario, con personas muy fáciles de convivir y llenas de ganas de conocer y descubrir. Siempre dispuestas... Un placer viajar con vosotros, espero que repitamos....


2 comentarios:

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