Durante estos días la luz del sol atraviesa el rosetón principal y proyecta su reflejo en la pared de enfrente.
De este manera se forma un doble rosetón, uno que asoma bajo el cristal, y otro lumínico que se va colocando justo debajo del primero, produciéndose un juego de luces y colores verdaderamente espectacular.
Hay que madrugar para poder verlo desde el comienzo de la salida del sol hasta que se va posicionando el haz de luz.
La catedral abre sus puertas a las siete y media de la mañana, y numerosos visitantes ya están esperando en la entrada para disfrutar del espectáculo.
El rosetón mayor, por el que entra la luz reflejada posee 1116 piezas de cristal coloreado y es uno de los más grande de la cristiandad.
Sobre las ocho de la mañana, el rosetón de luz, poco a poco va posicionándose.
En un poco más de media hora puedes por fin deleitarte con este fenómeno.
Este es el momento más esperado.
Según el periódico, esta circunstancia no fue planeada con anterioridad, sino que fue fruto de la casualidad. No me lo creo demasiado. ¿Las cosas pasan por casualidad?
Después de madrugar, toca pasear por la ciudad y ver su catedral ahora por fuera...
Y cómo no, una buena ensaimada merecida después del madrugón.
Muchas gracias Pili por enseñarme este momento tan mágico de tu ciudad.
😁😁😁😁😁😁😁😁😁.... Buena semana a todos.....